12 September 2010

Vení conmigo


Hablaban siempre. Cada vez que se encontraban en el pasillo del colegio, en cada clase que compartían y en todos los recreos. Hablaban de la vida, de sus gustos, (compartidos o no) de sus pasados y de sus ambiciones. Se reían juntos y siempre se ayudaban cuando alguno estaba mal. Tenían esa clase de conversaciones que parecen no terminar nunca. En una de esas tantas conversaciones, alguien los interrumpe; una compañera que los invita a una fiesta. Parecía que iba a ser una gran noche, así que ella ya estaba planeando invitar a algunas amigas, pero algo interrumpió sus planes. Él acaba de decirle: «¿Vamos juntos?». Ella no se lo había esperado, siempre quiso estar con él en otro lugar que no fuera la escuela, pero siempre había sido muy cobarde para invitarlo. Obviamente le dijo que sí, aunque toda la situación parecía un sueño para ella.
El día de la fiesta, estaba nerviosa. Miles de ideas se le cruzaban por la cabeza. Se probó todo lo que tenía en el armario hasta encontrar algo que ponerse. Se puso un conjunto que seguramente iba a captar más de una mirada, aunque a ella solo le preocupaba una sola. Perfectamente arreglada, esperó a que la pasara a buscar. Durante el viaje, no hablaron casi nada, pero ella estaba muy feliz como para notarlo. Llegaron a la fiesta y saludaron a unos cuantos conocidos. Bailaron un rato y tomaron algo, pero algo parecía estar mal. No se hablaban, sólo intercambian algunos comentarios, esos que sólo aparecen cuando el silencio es insoportable, pero después termina siendo peor. Decidieron separarse un rato, ella se fue a hablar con sus compañeras y él con sus amigos. Se unió a la ronda, pero no sabía de qué estaban hablando, en lo único que podía pensar era en él. No lo entendía. Era tan fácil hablar con él en el colegio y ahora ni siquiera la miraba. Pensaba en todas las horas que había pasado arreglándose sólo para él, y él no la miraba.
Intento mirarlo desde el otro lado del salón. Le sonreía, le quería demostrar que sólo tenía ojos para él. Pero él sólo la veía por un segundo, le hacía una pequeña mueca y bajaba la vista. Sus compañeras se pusieron a bailar y ella se les unió. Seguía mirándolo, sus ojos estaban clavados en él y sólo en él. Mientras bailaba al ritmo de la música, lo miraba, estaba empeñada en que la notara, pero lo único que él hacía era mirar para un costado y pretender que ella no existía.
Dejaron de bailar y ella se rindió. Llegó a la conclusión de que él se había arrepentido de invitarla a salir, que las cosas no eran como ella pensaba y que debería dejar de preocuparse por él, porque parecía que ella no era tan importante como él lo era para ella. Pasaron algunos minutos y ella estaba aburrida, hablaba con sus compañeras, pero nada podía compararse con aquellas conversaciones. Estaba a punto de irse, cuando se da cuenta de que él estaba parado al lado suyo. Él le extendió la mano y le dijo: «Vení conmigo». Ella le preguntó a dónde, pero el sólo respondió con la misma frase. Le dio la mano y lo siguió. Seguro iba a decirle que haberla invitado a la fiesta había sido un error; y por un momento, quiso soltarlo e irse, pero no lo hizo. Lo siguió con una confianza ciega.
No sabía qué le iba a decir o qué quería hacer, sólo sabía que la estaba llevando hacia el fondo del salón. Cuando se estaban acercando a una esquina, la agarra con fuerza y la lleva rápidamente contra la pared. Él estaba muy cerca, ella no entendía nada. Le pregunta: «¿Qué hacés?» y él responde: «Me animo a hacer lo que quise hacer toda la noche». En ese mismo instante, la agarra de la cintura y la aprieta contra su cuerpo, no duda ni un segundo y la besa como si esa fuera su única oportunidad de besarla, como si el mundo se acabara al día siguiente y lo único que tuvieran fuera ese momento.

2 comments:

Anonymous said...

awwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwww (LLL
morí, pero voy a sobrevivir para hablar despues de eso (?) te amo.

mary.

Anonymous said...

Ay, Viluma. Es hermoso ♥ es muy tierno todo, te juro, es muy "awww", jajajaja.